BASES INDUSTRIALES Y FINANCIERAS DE LA SOCIEDAD ACTUAL. VÍDEOS IMPRESCINDIBLES.

Gigantes de la Industria. Extractado. (The Men Who Built America). https://www.veoh.com/watch/v142222058XttmGH2W

The Money Masters 1. Amos del dinero. (1996). English. Subtítulos en castellano. https://www.bitchute.com/video/qKKXP4vPUX0x/

The Money Masters 2. Amos del dinero. (1996). English. Subtítulos en castellano. https://www.bitchute.com/video/b7yRSVNTlQ0O/

   Para entender, en cierto grado, la sociedad en la que vivimos, uno de los elementos primordiales a considerar es el capitalismo monopolista que surgió en el siglo XIX y comienzos del siglo XX, liderado por grandes magnates de la industria, en Estados Unidos, donde las industrias del ferrocarril, del acero, del petróleo, de la electricidad, de los vehículos motorizados… sembraron las bases tecnológicas del mundo moderno y del inmenso poder internacional de Estados Unidos.

   Grandes empresarios que no dudaron en utilizar diversas artimañas, para hacerse con los monopolios de sus sectores, como Cornelius Vanderbilt, John D. Rockefeller, Andrew Carnegie, Henry Ford… y banqueros como J. P. Morgan…

   La lealtad de Junius Morgan, el padre de J. P. Morgan, era hacia el Banco de Inglaterra y la familia de banqueros Rothschild. El gran dominio de J. P. Morgan sobre el mundo financiero de Estados Unidos, refuerza la hipótesis de que Estados Unidos no ha dejado, casi nunca, de seguir siendo, en la sombra, una colonia de Gran Bretaña. La creación de la Reserva Federal, en 1913, por parte de grandes financieros, como J. P. Morgan, convirtió a Estados Unidos en una marioneta controlada por ellos.

    Anteriormente, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, Andrew Jackson, Martin van Buren, Abraham Lincoln…, abogaron porque el pueblo estadounidense y sus representantes políticos tuvieran la potestad de emitir la propia moneda, libre de las insidias de los usureros y en contra de los intentos de crear bancos centrales que se apoderasen de las finanzas del país, bajo la batuta del Banco de Inglaterra. Diversas idas y venidas se produjeron, en el siglo XIX, hasta que, finalmente, con la creación de la Reserva Federal, el poder político dejó de ser soberano y un Banco central se apoderó del control sobre la nación.

   El primer banco centralizado de Estados Unidos fue establecido por Alexander Hamilton, durante la presidencia de George Washington en 1791, a pesar de la dura oposición de Thomas Jefferson. El banco sólo duró 20 años. Alexander Hamilton fundó el Bank of New York y modeló el First Bank of the United States, basándose en el Banco de Inglaterra y creó una moneda nacional (el dólar). El Primer Banco de los Estados Unidos (1791–1811) fue autorizado por el Congreso y firmado por George Washington. Varios padres fundadores se opusieron, amargamente, al Banco. Thomas Jefferson lo vio como un motor para la especulación, la manipulación financiera y la corrupción. En 1811 expiró su estatuto de veinte años y no fue renovado por el Congreso.

 El segundo intento de Banco Central (1816-1836), en Estados Unidos, fue desmantelado por otro mandatario, Andrew Jackson, en 1836. Era, esencialmente, una copia del First Bank, con sucursales en todo el país. Andrew Jackson, quien se convirtió en presidente en 1828, denunció al banco como un motor de corrupción. La destrucción del banco fue un tema político importante en la década de 1830.

   En un artículo publicado en el New York Times a comienzos de 1907, Paul Warburg, exitoso financiero nacido en Alemania, socio del banco de inversión Kuhn, Loeb and Co., escribió que “De hecho, Estados Unidos se encuentra, aproximadamente, en el mismo punto al que había llegado Europa, en la época de los Médicis y, con toda probabilidad, Asia, en la época de Hammurabi. Nuestros inmensos recursos nacionales nos han permitido vivir y prosperar, a pesar de nuestro sistema actual, pero, mientras no se reforme, nos impedirá convertirnos en el centro financiero del mundo.” (Warburg 1907). Apenas unos meses después, «casualmente», el país se vio afectado por el pánico financiero de 1907, que fue utilizado como pretexto, por parte de varios financieros, para reunirse, en secreto, en la isla remota de Jekyll, en el estado de Georgia. El objetivo era diseñar, por tercer intento, un sistema bancario central.

   A principios de 1907, Jacob Schiff, cuñado de Warburg y director ejecutivo de Kuhn, Loeb and Co., en un discurso ante la Cámara de Comercio de Nueva York, advirtió que «a menos que tengamos un banco central con un control adecuado de los recursos crediticios, este país va sufrir el pánico monetario más severo y de mayor alcance en su historia». «El pánico de 1907» alcanzó su punto máximo en octubre.

   Recuerda a las «profecías» pandémicas de Bill Gates, «casualmente» cumplidas. Quienes poseen inmensas fortunas tienen capacidad de hacer que «sus profecías» se cumplan, lo cual les enriquece aún más.

   Los líderes financieros que abogaron por un banco central con una moneda elástica, después del pánico de 1907, incluyeron a Frank Vanderlip, Myron T. Herrick, William Barret Ridgely, George E. Roberts, Isaac Newton Seligman y Jacob H. Schiff.

   Segmentos de la comunidad financiera estaban preocupados por el poder que había acumulado J. P. Morgan y otros «financieros».

   En noviembre de 1910, seis hombres, Nelson Aldrich, A. Piatt Andrew, Henry Davison, Arthur Shelton, Frank Vanderlip y Paul Warburg , se reunieron en el Jekyll Island Club, frente a la costa de Georgia, para escribir un plan para reformar el sistema bancario de la nación. Un miembro del exclusivo Jekyll Island Club, probablemente J. P. Morgan, hizo arreglos para que el grupo usara las instalaciones del club. Fundado en 1886, la membresía del club se jactaba de élites como Morgan, Marshall Field y William Kissam Vanderbilt I, cuyas «cabañas» del tamaño de una mansión salpicaban la isla. Munsey’s Magazine lo describió, en 1904, como “el club más rico, más exclusivo, más inaccesible” del mundo.

https://www.federalreservehistory.org/essays/jekyll-island-conference

 La reunión y su propósito eran secretos muy bien guardados y los participantes no admitieron que la reunión se llevó a cabo hasta la década de 1930. Pero el plan escrito en Jekyll Island sentó las bases de lo que eventualmente sería el Sistema de la Reserva Federal.

   Igual que grandes potentados monopolistas, como los Rockefeller, con el propósito de justificar la creación de la Liga de las Naciones y, posteriormente, la ONU (a la que cedieron terrenos para su sede, en Nueva York), utilizaron la excusa de acabar con las guerras, tras haber contribuido a financiar ambos lados de las mismas, grandes banqueros confabularon para crear la Reserva Federal, un banco privado con apariencia estatal, con la falsa excusa de acabar con los pánicos financieros. Algo que, al igual que, en el caso de la ONU, respecto a las guerras, tampoco lograron, porque no era su objetivo, sino sólo el falso pretexto. Ellos causaron más pánicos financieros. Los zorros que crean los problemas, autoerigiéndose como los salvadores de las gallinas a las que depredan.

   El 23 de diciembre de 1913, el manipulado presidente de Estados Unidos: Woodrow Wilson, promulgó la Ley de la Reserva Federal, condenando al pueblo estadounidense (y, por ende, a los pueblos de muchas otras naciones) a una mayor esclavitud financiera encubierta.

   La Gran Depresión de 1930 fue una prueba en la que, para la mayoría de los economistas e historiadores, la FED fracasó. La Reserva estranguló el crédito cuando debía haber hecho exactamente lo contrario, según muchos analistas.

   Una de las características del sistema bancario central es su independencia de la política. Contar con un presidente no electo que puede permanecer en su cargo durante muchos años “protege” a la institución de los avatares políticos. Políticos como el excongresista republicano Ron Paul aseguran que la Reserva Federal tiene demasiado poder y que éste debe ser controlado.

   Como se muestra en la serie de películas de “El Padrino”, cuando potentados económicos, con métodos mafiosos, se hacen con un enorme poder, comienzan a interesarse en colocar a elementos de sus familias dentro del mundo político. Así, la Política es infiltrada y corrompida. Varios miembros de la familia Rockefeller tuvieron cargos políticos, incluida la vicepresidencia (Nelson Rockefeller) del país. David Rockefeller, en 1946, se unió al Chase National Bank, del cual su tío materno, Winthrop W. Aldrich, había sido presidente desde 1933. David Rockefeller se convirtió en su presidente, en 1960.

   Posteriormente, a comienzos del siglo XX, la creación de Fundaciones, supuestamente, filantrópicas, permitiría a esas grandes fortunas modelar cada aspecto del mundo moderno, incluidos los modelos educativos; los dogmas económicos preponderantes; su versión modificada e interesada sobre la Historia; el modelo sanitario denominado “Higiene y Salud Pública” que se convertiría en un modelo único universal, con categoría de tabú incuestionable, bajo su batuta; la Inteligencia Artificial; los alimentos modificados genéticamente; los agroquímicos; el sector energético; la aparente alternancia bipartidista en cada nación, al servicio del poder financiero internacional y del imperio anglosajón; el sistema financiero basado en los Bancos centrales, la deuda y la reserva bancaria fraccionaria (prestar mucho más dinero, y con interés, del que se posee en reserva)…    

   Un modelo financiero que es un fraude generador de pobreza, a gran escala, y de desmedida riqueza para unos pocos. Un modelo financiero endogámico, dominado por linajes hereditarios familiares, en el que nadie que no pertenezca a sus familias puede liderar un gran banco.

   Un modelo especulativo y usurero de finanzas, con el poder de crear recurrentes ciclos de alternancia entre el fácil préstamo de dinero, para que muchas personas se endeuden, con consiguientes períodos de difícil préstamo y escasez de dinero, para arruinarles y apropiarse de sus propiedades. Así, sucesivamente, durante décadas y décadas. Las recesiones económicas y depresiones son orquestadas, para acumular más fortunas y robar más a los pueblos.

   Ningún político de renombre, salvo alguno marginal, hace nada para cambiar ese modelo financiero, usurero, vampírico y parasitario, porque quien intenta hacer algo es desprestigiado y barrido de la cima política. En general, todos los políticos punteros, por tanto, son lacayos de ese poder financiero que esquilma a las naciones. Son todos traidores a los pueblos a los que dicen servir. Sirven, realmente, a esa maquinaria financiera, corrupta, internacional, que opera a través de los bancos centrales que se arrogan el monopolio para crear dinero de la nada, de imprimir más dinero del que se tiene y de prestarlo a los gobiernos, con interés.

   El dominio del sector petrolífero, permitió crear un modelo de sociedad basado en el petróleo: alquitrán, combustibles, plásticos (juguetes, aparatos electrónicos, botellas, bolsas, envases…), telas sintéticas (poliéster, nylon…), detergentes, pinturas, cosméticos, tintes, aditivos alimentarios, látex sintético, vitaminas sintéticas, fármacos de síntesis química, discos musicales, caucho sintético, etc., etc.

   Pero, hipócritamente, los mismos magnates del petróleo, ahora, apuestan por la “lucha contra el cambio climático”, cuando han sido y son los principales generadores de CO2. Igualmente, apuestan por la inteligencia artificial, en aras de su Nuevo Orden totalitario, que, a semejanza de lo que se va implementando en la orwelliana China, permite controlar los cuerpos y cerebros, con seres humanos convertidos en cyborgs, en mayor o menor medida; así como interferir en viviendas y automóviles inteligentes; extensión del uso de monedas digitales, etc., que permitan el total control sobre la vida humana.

https://www.elmundo.es/internacional/2013/12/24/52b8ea79268e3ec1648b456a.html

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2020-07-20/alquitran-carreteras-toxico-sol-lluvia-investigacion_2688868/

https://en.wikipedia.org/wiki/Samuel_P._Bush