COMENTARIOS ACERCA DEL HISTORIAL DE LA FUNDACIÓN ROCKEFELLER

Medicina y salud pública; estudios sobre población; planificación familiar y anticonceptivos; investigación genética, incluyendo lo relativo a la modificación genética de las semillas; inteligencia artificial; acelerador de partículas; Psiquiatría…, son varios de los temas fundamentales que la Rockefeller Foundation reconoce, en el apartado “Historial” de su página web (Rockefellerfoundation.org), haber financiado, desde su génesis. ¿Desde cuándo alguien multimillonario tendría tanto interés en financiar, específicamente, esos temas, si no es debido a un interés de control de la sociedad, en su conjunto?

   Si tuvieses un gran capital, ¿lo dedicarías a influir en la sociedad en esos temas, en los que ha invertido e invierte la Fundación Rockefeller? Muy seguramente, ni se te ocurriría. Sólo destinaría su dinero en esos temas quien está obsesionado con el control de la población mundial y usa un modelo de salud determinado, para influir en una disminución poblacional. «Casualmente», los medicamentos y los errores médicos son la tercera causa de muerte en Estados Unidos. Cuando quienes han financiado un modelo de salud con consecuencias tan nefastas, también, han financiado estudios para el control poblacional, la eugenesia, y métodos de anticoncepción, siendo coincidentes, por tanto, los fines para los cuales emplean sus ingentes sumas de dinero, es obvio que su objetivo no es la sanación de la población, sino todo lo contrario.

   Usan la hipocresía y la mentira para aparentar motivos humanitarios en sus subvenciones supuestamente filantrópicas, pero todo lo que hacen está dirigido hacia un mismo objetivo: El control poblacional, cuyos orígenes se basaban en las ideas malthusianas de crecimiento poblacional y la Eugenesia, en un principio, en colaboración con el régimen de la Alemania nazi, y que, tras su hundimiento pasó a ser denominada, para aparentar buenas intenciones: «planificación familiar».

   El gran éxito de “El Gran Capital”, cuya representación más paradigmática ha sido la familia Rockefeller, ha sido que todos sus proyectos hayan pasado a ser, “casualmente”, los mismos que los de la nueva supuesta izquierda política y “progresista” de las naciones occidentales. La falsa derecha política, apoya, igualmente, los mismos proyectos que, “casualmente”, van todos en la misma línea de la disminución población y la obstaculización de la reproducción de lo que, ellos consideran “chusma”, con la excusa de pretendidos derechos de minorías, que no son sino una excusa para dificultar la reproducción humana.

   Control poblacional, para el que financian proyectos que van en la misma dirección: ingeniería genética con alimentos modificados (que afectan a la reproducción y dañan la salud); vacunas (que permiten inyectar, a los niños, cualquier cosa que quieran, como sustancias esterilizantes, etc., con un disfraz de interés en la salud), con un especial interés, por parte de los falsos filántropos, en aplicarlas en poblaciones africanas, de la India, etc.; anticonceptivos; Inteligencia Artificial para crear cyborgs y eliminar mano de obra…

  ¿Qué tienen en común los temas en los que se ha enfocado, desde principios del siglo XX, la Fundación Rockefeller: Eugenesia, educación reproductiva, estudios poblacionales, alimentos transgénicos, vacunas…? Todos van en la misma dirección. Esterilizar, dificultar la reproducción, dañar la capacidad reproductiva, empeorar la salud (con un disfraz de pretender lo contrario).

   La salud pública por la que tienen tan extraño interés, desde sus primeros pasos, en la Fundación Rockefeller, es la excusa perfecta de todo poder tiránico (evidente o encubierto), para poder acceder a los cuerpos y cerebros de miles de millones de personas. El sueño de todo doctor Mengele, de modo que se puede actuar sobre las mentes y los cuerpos de todo ser humano que confíe en su modelo de Medicina, dejándose administrar e inyectar cualquier tipo de sustancias no visibles al ojo humano, de modo que no se puede saber qué efectos, a corto y a largo plazo, producen. La fe ciega, fundamentada en una propaganda masiva, a escala internacional, una vez que se ha colocado a los sicarios en puestos de poder e influencia, en las instituciones más prestigiosas, permite el casi total control de una infantilizada e insensata Humanidad.

   Hace años, viendo en Internet, algún libro, resultaba un tanto intrigante que la Fundación Rockefeller, desde sus inicios en los comienzos del siglo XX, tuviese tanto interés en la Medicina tropical, en base a la cual, comenzó su injerencia en el mundo de la salud, progresivamente, a nivel mundial. Ciertos historiadores afirman que la Fundación Rockefeller buscaba una enfermedad que fuese, fácilmente, curable, con el propósito de utilizarla como medio para promover su modelo de salud, con un ropaje científico y basado en drogas de síntesis patentables y vacunas patentables. Para ello, escogieron la anquilostomiasis, y sanitarios a sueldo de la Fundación Rockefeller viajaban a los pueblos de países de Centroamérica, como Costa Rica, con microscopios, para crear un ambiente propicio a la aceptación del modelo de medicina Rockefeller, que fue imponiéndose, gradualmente, en base a cuantiosas subvenciones en casi todo el planeta.

   Curiosamente, la medicina tropical y Latinoamérica, fueron los primeros elementos de interés, de la Fundación Rockefeller, fuera de Estados Unidos. Latinoamérica era considerada el patio trasero de Estados Unidos, y, con la creación de la Americas Society, por parte de la familia Rockefeller, comenzaron décadas de control sobre la política de los países latinoamericanos, promoviendo golpes militares, creando revoluciones, amenazando a presidentes, etc., de modo que la mayoría de gobiernos latinoamericanos, desde entonces, han sido títeres de la Fundación Rockefeller. Susan Seagal, desde hace años, presidenta de la Americas Society y el Council of Americas, continúa con esa insidiosa influencia sobre Latinoamérica.

   También, hace años, viendo algún que otro libro acerca de la enfermería, sorprendía, igualmente, cómo la Fundación Rockefeller, en las primeras décadas del siglo XX, se interesó por modelar el mundo de la enfermería, creando escuelas de enfermeras, que, luego, promovían, en sus respectivos países, los patrones de actuación inculcados desde la Fundación Rockefeller. Consideraron que las mujeres generan confianza en la población y, a través de un modelo machista, en el que los hombres eran los médicos y las mujeres, enfermeras y auxiliares, podrían calar más fácilmente en la sociedad, facilitando que el modelo de enfermería y de medicina Rockefeller fuese implantándose y extendiéndose.

   Hipócritamente, en las páginas de la Fundación Rockefeller e instituciones asociadas, páginas de bancos y de Organizaciones globalistas, actualmente, usan el término igualdad, inclusividad, sostenibilidad y otros que han puesto de moda, para aparentar interés social, cuando han sido los mayores culpables del machismo; de la contaminación con químicos de todo tipo; de la persecución de métodos de energía barata alternativos al petróleo, esquilmando a los pueblos, con los desmedidos intereses de sus bancos y demás prácticas mafiosas de las grandes corporaciones financieras y económicas.

   Paradójicamente, todos esos poderes que se enriquecieron y adquirieron enorme poder merced al petróleo son quienes están influyendo en los gobiernos para avanzar hacia la Agenda 2030, en la que usan, repetitiva y cansinamente, términos como sostenibilidad, inclusividad, resiliencia, igualdad… A pesar de ello, hipócritamente, siguen contaminando con productos derivados del petróleo. Les interesa un cambio de modelo energético, pero manteniendo su control sobre el planeta, con gobernantes títeres que aúpan hasta el poder, gracias a su capital financiero.

   Todos esos poderes culpables de lo mismo que presumen condenar, utilizan su tiránica agenda 2030 para seguir esclavizando a los pueblos, para lo cual han logrado infiltrar a sus agentes dentro de la mayoría de partidos políticos, sufragando, económicamente, a sus títeres dirigentes, de modo que han logrado dominar los gobiernos occidentales y sus ministerios, que no son sino tentáculos de los mismos tiranos: “El Gran Capital”.

   En los años 50 y 60, se produjeron diversas series televisivas con médicos como protagonistas. Mi propio padre, médico muy apreciado en una urbe de en torno a 50.000 habitantes, recordaba la influencia de alguna de dichas series para decidirse a estudiar medicina. La serie “Marcus Welby, doctor en medicina”, fue una de las más exitosas de la época.

   Se trataba de crear una imagen televisiva de prestigio en torno a la profesión médica, a nivel social, de modo que los médicos adoctrinados desde las Universidades fundadas por la familia Rockefeller, así como las que recibían cuantiosas donaciones por parte de la misma, expandiesen el modelo sanitario Rockefeller y se convirtiesen en «agentes» involuntarios que actuasen como intermediarios, bien reconocidos socialmente, entre la población y la Industria que ejercía el control, tras las apariencias. Así, la Industria de las familias Rockefeller y otras, podían tener un control directo sobre los cuerpos y mentes de la población, mediante médicos adoctrinados en el uso de drogas de síntesis patentables y frascos inyectables con aspecto de vacunas, que podían contener sustancias que actuasen sobre la reproductividad humana, sobre las mentes humanas y su docilidad, sobre el control poblacional, etc. Médicos y enfermeras que creían estar obrando correcta y científicamente, se convirtieron en meros vendedores y recetadores de sustancias químicas de la gran Industria.

   La familia Rockefeller, después de monopolizar el mundo del petróleo, su transporte y refinamiento en Estados Unidos, parece que, dada la proximidad geográfica, el control de los recursos petroleros de Latinoamérica fue el siguiente paso, dentro de su mentalidad monopolística. Poder paliar las enfermedades tropicales tenía un especial interés, para ellos.

   Las empresas fruteras, bananeras, como la United Fruit, también, con capital Rockefeller, fueron el caballo de Troya para influir en la política de diversas naciones latinoamericanas, convirtiéndolas en marionetas de Estados Unidos.

   A partir de ahí, y, con el obsesivo interés de la familia Rockefeller en el tema de la sobrepoblación mundial, que les condujo a enviar a ciertos investigadores de la Universidad de Chicago (bajo control Rockefeller) a la Alemania nazi, para colaborar en el tema de la eugenesia, crean, finalizada la Segunda Guerra Mundial, en 1952, el Council of Population (Consejo de Población). Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, dada la mala imagen que tenía el término eugenesia, se siguieron los estudios, pero cambiando los nombres: «Control de natalidad», «Salud reproductiva». Así, el interés de la familia Rockefeller en el control de la sobrepoblación, se tradujo en la subvención de todos aquellos métodos que obstaculizasen o impidiesen la reproducción de la «plebe» (no de las élites de poder), como todo lo relativo al aborto; métodos anticonceptivos; homosexualidad y cirugía reproductiva irreversible transexual; sustancias químicas como disruptores endocrinos que afectan a la calidad y cantidad espermática; «vacunas» con sustancias esterilizantes aplicadas con especial interés en poblaciones de países del Tercer Mundo…

   Su interés en naciones muy pobladas, como China e India, no es, por tanto, de extrañar. Así, influyen, notablemente, en la promoción del modelo de Medicina Rockefeller, en China, con grandes subvenciones en Universidades chinas.

  La Medicina Rockefeller, o Medicina moderna, se convierte en otro caballo de Troya, para, con la excusa de tratar de mejorar la salud de los pueblos, atentar contra su salud y su capacidad reproductiva, mediante drogas químicas de síntesis y «vacunas».

   Es llamativa la colaboración de varias grandes empresas estadounidenses en la creación de la maquinaria bélica nazi, lucrándose con ambos lados del conflicto, demostrando que su interés es el control global. Las guerras, son otro método de despoblación, muy útil para los máximos exponentes de «El Gran Capital», que, simultáneamente, son fanáticos del malthusianismo y el control poblacional como eje ideológico prioritario en todos sus proyectos. La reconstrucción de las naciones devastadas en las guerras les proporcionan, a su vez, considerables beneficios. Se lucran provocando, financiando, sosteniendo guerras, y, luego, apareciendo como salvadores, que se enriquecen, aún más, con las reconstrucciones. Todo un engranaje de hipocresía criminal.

   «Casualmente», casi todas las leyes que crean los gobiernos están en la misma línea de dificultar la independencia económica juvenil; subir impuestos; imponer un modelo sanitario basado en sustancias con efectos dañinos a largo plazo; dificultar la vida y la reproducción; subvencionar un modelo extremista de feminismo que genera miedo entre hombres y mujeres, obstaculizando, por tanto, la reproducción…

   En la ciudad francesa de Hendaye, a pocas decenas de metros de un gran monumento en memoria de muertos en la Segunda Guerra Mundial, hay un gran cartel donde se indica la localización de «Campos de Eutanasia Nazis». Actualmente, se aprueban leyes de Eutanasia, con buenas excusas (todo se hace con buenas excusas), que son otro paso más en los intereses de grupos muy poderosos, internacionalmente, para facilitar el exterminio de personas ancianas y enfermas, que no cotizan en la seguridad social, y que son, por tanto, son un estorbo. «Casualmente» (cuántas «causalidades»), en España, se aprobó una ley, al respecto, que permitió manga ancha, a la hora de que ciertos médicos entrasen en residencias de ancianos y tachasen de mórficos (condenados a muerte) a numerosas personas que fueron sedadas, hasta morir, con la excusa del Covid 19, como han testificado varios trabajadores.

  Un modelo educativo mediante el que la familia Rockefeller facilitó la llegada de gran cantidad de estudiantes de otras naciones, a Estados Unidos, para ser adoctrinados en Universidades bajo influencia Rockefeller, de modo que, al regresar a sus países de origen, extendiesen, mundialmente, la modalidad Rockefeller de afrontar, en base a sus intereses de control global, diversos aspectos de la sociedad. Década a década, lograron colocar a sus peones, a personas adoctrinadas y consiguieron ir modelando las naciones, a su antojo. Todo ello, siempre, edulcorado con una benefactora apariencia de progreso científico y maravillosas intenciones para el «bien» de la Humanidad.

   La imposición de protocolos sanitarios en los hospitales, de modo que se podrían recetar por un obediente robot, sin necesidad de humanos, es un paso más en el total control sobre los cuerpos humanos, y sin menoscabar nunca, simultáneamente, los desmesurados beneficios obtenidos mediante un modelo de salud totalmente secuestrado por la Big Pharma, y sus principales accionistas de las grandes finanzas.

   El control del modelo financiero, y del modelo energético, son la base para el control militar, del modelo de salud, del modelo mediático, de los partidos políticos, modelo educativo, etc. Es un modelo mafioso, a escala internacional. El dinero (el poder financiero) manda, subvenciona y decide.

   Por eso, la familia Rockefeller, se hizo con el control del Chase Manhattan Bank, uno de los más poderosos de Estados Unidos, más aún con posteriores fusiones.

   Ya sólo por el alquitrán de las carreteras, aparte de los combustibles de los vehículos, los beneficios de la Industria petrolera han sido inimaginables. Todos los derivados petroquímicos, en la industria farmacéutica, pinturas, plásticos (juguetes y demás)… La sociedad moderna es una consecuencia del poder de los grandes Trust petroleros. Y todo invento que supusiese una amenaza, ha sido descartado y sus creadores silenciados, condenados al ostracismo e incluso asesinados.

   Con las bases establecidas en relación a la Medicina tropical, desde los inicios de la Fundación Rockefeller, se comienzan a realizar cuantiosos donativos a Escuelas de Medicina y Facultades de Medicina de todo el mundo, para educar y adoctrinar a las personas que serían las encargadas, en cada nación, de promover un modelo de «Salud pública e Higiene», en base a los postulados Rockefeller.

   De ese modo es como fue fraguándose el modelo de Salud pública, en base a un control por parte del capital privado, por lo que, realmente, es Salud privada, cimentada en base a los intereses de la Gran Industria. Actuando como otro caballo de Troya que fue apoderándose de la Sanidad, en cada nación, y creando Instituciones internacionales de control sobre la salud, dirigidos por peones Rockefeller. Consecuentemente, la «Medicina Rockefeller», en base a su enorme capacidad de propaganda, se convirtió en «La Ciencia» y todo lo que compitiese con ella, la desenmascarase y fuese barata y no patentable, fue considerado como algo anticientífico, perseguido y demonizado.

   El mundo moderno es heredero de la Industria petrolera, y, en muy diversos ámbitos de la sociedad actual, productos petroquímicos son utilizados de forma exhaustiva.

   El término público es una palabra trampa, utilizada por “El Gran Capital” para controlar a los pueblos y naciones, con la excusa del interés general. Nada como una bonita idea, al ser encauzada de forma engañosa, como lo “público” para poder dominar y controlar a todos, a través del capital privado, y a través de sus peones, en los gobiernos. Gobiernos que usan el dinero de los impuestos, el dinero de todos, para enriquecer al capital privado, a la Big Pharma, en un modelo de sanidad que, por tanto, no tiene nada de público, sino que es, siempre, privado y para el enriquecimiento de entidades privadas de dominación mundial.

   Toda la salud moderna es privada. «La Higiene y Salud Pública» fue financiada por la Fundación Rockefeller, en las primeras décadas del siglo XX. Capital privado creó el modelo de Salud Pública, en la que la privada Big Pharma se enriquece gracias a todo el dinero que recibe de los gobiernos, esquilmando a la ciudadanía. No existe la salud pública. Es una farsa. Como una farsa son casi todos los partidos políticos, lacayos de la Corporatocracia globalista y de la Big Pharma. En vez de apoyar un modelo de salud basado en remedios naturales, baratos e inocuos, colaboran en el modelo de salud dominante, al servicio de la Industria, y fundamentado en caras patentables drogas de síntesis química con efectos secundarios y que sólo trata síntomas y no logra curar ninguna enfermedad, sino que las cronifica. El debate salud pública, versus salud privada, es estéril e inútil, porque toda es privada. El verdadero debate es salud natural, efectiva, gratis, contra la criminal y corrupta Big Pharma. Los productos de la la Big Pharma es la tercera causa de muerte en Estados Unidos.

   Quienes, realmente, buscan la salud humana, jamás participarían de un modelo de “salud” en la que priman los beneficios de una corrupta industria y de sus máximos accionistas. Es lo contrario a un modelo de salud justo y accesible a todos. Hay tanta inteligencia, grupos de investigación y recursos económicos, en el planeta, que el remedio para toda enfermedad debería existir y estar disponible, hace tiempo, por lo que los millones de víctimas animales, en laboratorios, con justificación médica, no tienen ningún sentido y son un genocidio criminal. Todo se puede sanar, mediante métodos baratos y saludables, sin efectos secundarios y sin necesidad de hacer sufrir a ningún animal. Todo este modelo de medicina es una barbarie, propia de bárbaros, y todo para el enriquecimiento desmedido de los dueños y accionistas de una industria que no logra sanar ninguna enfermedad con sus drogas de síntesis química, jugando a aprendices de brujo. ¿Por qué, teniendo más de 100 años la Asociación Americana contra el Cáncer, aún no han logrado un remedio eficaz y definitivo para todo tipo de cáncer? Porque lo que sucede es lo que quieren que suceda. No hay otra explicación. Interesa que haya cáncer, porque favorece sus propósitos de despoblación mundial, simple y llanamente.