PROTOCOLOS y OBEDIENCIA CIEGA

   Dadles cualquier tipo de poder y privilegios, así como puestos de trabajo, a integrantes de un determinado colectivo, y, en general (salvo alguna honrosa excepción), defenderá ciegamente al Poder que se los ha otorgado, aunque ello suponga participar en genocidios orquestados “desde arriba”.

   Los grandes capitalistas (mafiosos sin escrúpulos), pueden comprar todo y a casi todos. Eso incluye a los mayores expertos en Psicología de masas.

   Desde principios del siglo XX, saben, pues, cómo manipular, psicológicamente, a la población mundial de este planeta, y lo han hecho y siguen haciendo.

   Décadas de los años 1980, 1990, 2000… Mujeres, casi masivamente, consideran el tener trabajo la prioridad nº1 y el valor principal nº1 en sus vidas. Tratan con desprecio a los hombres que no tengan trabajo, descartándolos como posibles parejas, pues trabajar es el indiscutible valor nº1.

   Valor nº 1, que les permite tener libertad a la hora de no depender de salarios de hombres y poder ser independientes económicamente.

   El instinto de reproducción de la especie humana, en base a ciclos hormonales, determina que, periódicamente, las mujeres sientan unos impulsos “románticos” que disfrazan el deseo instintivo animal de perpetuación de la especie, y que es el primer paso para un incontrolable impulso de entrar en una fase de maternidad, tras la cual, el macho fecundador pasará a un segundo o tercer plano, convirtiéndose en prescindible, debido a que la hembra se puede valer, económicamente, por sí misma. Consecuencia: millones de madres solteras, en el planeta, que pueden sacar adelante a sus hijos, con sus propios salarios y, también, con aportaciones económicas de sus exparejas, gracias a leyes que lo favorecen.

   Millones de mujeres que tendrán pánico a perder sus puestos de trabajo, puesto que ello implicaría dejar indefensas a sus crías: hijas e hijos.

   Pánico que se convierte en un punto débil, y manipulable, desde el Poder.

   “El miedo deshumaniza los seres humanos y los convierte en inhumanos”.

   Millones de mujeres que trabajan en el sector sanitario y que conforman un alto % de los trabajadores del sector. Temerosas de perder sus trabajos, y que tanto les ha costado conseguir. Médicos que no están dispuestos a perder sus status, prestigios profesionales y niveles de vida o que, debido a las cargas familiares, no tienen valor para oponerse a dictados injustos y criminales, y se sienten obligados a seguir adelante con cualquier medida «impuesta desde arriba». Cobardía, miedo, mezquindad, interés… Desalmados dispuestos a participar en un genocidio, en vez de anteponer el Alma por encima de todo y que, en el caso de aquéllos que no pueden soportar lo que viven, en vez de exponerlo a la sociedad, se suicidan, de forma estéril y absurda, cuando podían unirse para alertar a la población. Un desatino tras otro.

   Instituciones internacionales criminales que dictan, a los gobiernos, los protocolos a seguir en materia sanitaria. Gobiernos cómplices de la criminal Industria Farmacéutica.

    Masas humanas temerosas, debido, también, a un bombardeo mediático, intensivo y diario, para generar pánico.

   Cambios en la definición de “pandemia”, con el estudiado propósito de favorecer que algo que no es una pandemia, sea denominada como tal, lo cual permite crear un clima de paranoia y de persecución de todo remedio barato y eficaz, en materia de salud, de modo que sólo sea aceptada una única, exclusiva y totalitaria solución: inyecciones masivas.

   Filantrocapitalismo malthusiano (ligado a otros poderes al más alto nivel) que, mediante donativos e influencias, tiene control sobre las grandes instituciones internacionales, sobre grandes corporaciones farmacéuticas y otras, sobre las altas finanzas, sobre Gavi (the Vaccine Alliance) etc., etc., y que tiene colocados a sus esbirros en las cúpulas de partidos políticos y gobiernos de bastantes naciones.

   Millones de trabajadores en el sector de la «Sanidad» dispuestos a todo, no sólo a causa del pánico sembrado desde los grandes medios de comunicación, sino debido al temor a perder sus puestos de trabajo y dejar sin medios de sustento a sus proles, convirtiéndose en colaboracionistas de cualquier medida impuesta “desde arriba”, por muy genocida que sea.

   Hombres, que, mediante una propaganda masiva, durante años, son criminalizados por el mero hecho de ser hombres y a los que se trata de “desmasculinizar” y acomplejar.

   Sociedad que queda indefensa, sin hombres, bien informados y libres de complejos, que la defiendan de los ataques de instituciones internacionales controladas por la “gran mafia capitalista” eugenésica.

   Multitud de hombres y mujeres, con los cerebros bien lavados desde la infancia, en los centros educativos y ámbitos familiares, para confiar en presentadores de televisión, falsos divulgadores científicos manipuladores, políticos, sanitarios adoctrinados por el Sistema, etc., y que son ciegos creyentes de los discursos oficiales en cualquier materia, acatando, como verdades dogmáticas, las mentiras de la ortodoxia imperante y que no oponen resistencia a medidas liberticidas, tiránicas y genocidas.

   Lesbianas y feministas compradas y colocadas en Consejerías de Cultura y Consejerías de «Igualdad», de ciudades, provincias y regiones, que, jamás, van a defender a sus conciudadanos, frente a los ataques genocidas que vienen “desde arriba”, porque su prioridad va a ser, siempre, defender sus puestos de trabajo.

   Integrantes de Fuerzas de seguridad y Fuerzas militares que han sido educados en la obediencia ciega a sus mandos, por muy criminales que sean las órdenes que den, y, que, incluso, dándose cuenta de lo que está sucediendo, no tienen valor parar unirse y defender a la población, debido a que se sienten obligados a acatar los dictados de quienes han sido “democráticamente” elegidos en las urnas electorales.

   Tan criminal es el soldado que, en la Guerra de los Balcanes, obedece órdenes de violar a mujeres, con pretensiones de “limpieza étnica” o de, en cualquier guerra, fusilar a civiles, en un pueblo, como quien, obedeciendo protocolos “sanitarios”, inyecta sustancias dañinas y letales, o intuba, letalmente, a pacientes o les aplica cualquier medida que provoca su fallecimiento.

   «Bonitas» justificaciones para perpetrar cualquier crimen. “Es que obedecía órdenes”; la manida, típica e hipócrita frase con la que se justifican tantos crímenes y genocidios. Un grupo de soldados que recibe órdenes genocidas o que suponen un «crimen contra la Humanidad», como violaciones (con o sin propósitos de «limpieza étnica»), están moralmente legitimados para, unidos, rebelarse contra sus mandos, e incluso defenderse mediante el uso de las armas, contra sus propios «superiores». ¡Cuánto más ha de rebelarse un sanitario, un miembro de las Fuerzas de Seguridad, un periodista… que es conminado a participar en actos que atentan contra la vida y las libertades de sus propios conciudadanos, inocentes!

   Endiosamiento de la “Ciencia” y apoderamiento de la “ortodoxia” científica por parte de los grandes poderes económicos y financieros, que se encargan de demonizar, perseguir y calumniar a los verdaderos científicos, con conciencia, y no comprados, que tratan de prevenir a la población e informarla de lo que, verdaderamente, sucede.

   Tremendo cocktail que ha dado lugar a la situación más bárbara e incomprensible de la Historia de la Humanidad.

   Lección nº1 para cualquier Alma encarnada en el Planeta Tierra (y en cualquier otro planeta):

   Hay que considerar el futuro de tu Alma, como prioridad nº1, o sea obrar en base a la Conciencia para no quedar expuesto a consecuencias nefastas en el futuro: karma, grandes temporadas en los inframundos (infiernos)… El Alma es lo primero, aunque ello implique morir debajo de un puente o donde sea, sin alimento, ni refugio. Por encima de todo está el Alma, y se está dispuesto a morir de hambre y de frío, antes que trabajar en algo que provoque un daño en la salud de otras personas o en obedecer una incomprensible orden que va a generar daños físicos, temporales, crónicos o letales, en una, pocas o muchas personas. Quien, incluso, no sólo provoca, con sus actos, un daño en la salud de otros seres humanos, sino que participa de un genocidio, pierde su condición de “ser humano”, y se convierte en un monstruo.

   Así, nos encontramos con un planeta, con una sociedad, en la que se han ido diseñando e implementando los cimientos para que mayorías temerosas, tanto de enfermar como de perder sus puestos laborales, se conviertan en los brazos ejecutores de un genocidio a gran escala.

   Las consecuencias kármicas debido a actos malévolos, son muy diversas: ir a los inframundos y sufrir situaciones de insoportable terror; reencarnarse con taras físicas, fealdad, escasez de recursos y consecuencias negativas diversas.

   Vivimos en una época en la que colectivos minoritarios que no cumplen los cánones de heterosexualidad, belleza, etc., debido, en cierta medida, a sus comportamientos en anteriores reencarnaciones, o por malos hábitos, o por haber sufrido abusos en la infancia o por un nivel de conciencia bastante primario, además, se quejan, y tratan de imponer leyes que, supuestamente, les favorezcan y demonicen a la mayoría de la población. En vez de reconocer sus errores pretéritos y enmendarse, tratan de que lo anormal se imponga generalizadamente. Lo satánico, lo horrible, lo decadente, lo degenerado… tratando de dominar la sociedad e imponer sus taras, en vez de tratar de buscar la perfección del Alma, y su purificación, para que las consecuencias negativas se reviertan. Huida hacia delante, en vez de ir a la raíz de los errores, de los traumas infantiles, de problemas psicológicos, etc., que es el comportamiento habitual entre quienes se doblegan ante el Lado Oscuro. Huida hacia delante, en vez de reconocer errores, también, muy habitual en la clase política.

   -Tú que, cuando llegaba, al hospital, un herido por traumatismo, le negabas la atención y te limitabas, obsesivamente, a tratar de hacerle una PCR (que da muchos falsos positivos, puesto que no es un método para diagnosticar, como afirmó su inventor Kary Mullis), para poder catalogar como “asintomáticos” enfermos covidianos a muchos ciudadanos completamente sanos, y cobrar las buenas propinas que pagaba el gobierno por cada persona diagnosticada, tratada e ingresada por COVID.

   -Tú que,  en base a falsos diagnósticos, mediante el uso de las PCR, has administrado sustancias dañinas para la salud (y que intubaste innecesaria y dañinamente), según impuestos protocolos, a personas completamente sanas, provocándolas, muchas veces, la muerte, en el hospital, porque te pagaban, por cada paciente COVID y muerto por «COVID».

   -Tú que tachaste de mórficos a diversos ancianos, condenándoles a la muerte, de forma genocida… porque había un interés, desde las altas instancias de poder nacional y mundial, de eliminar a personas no productivas, debido a que, entre otras justificaciones (como la de la aparente preocupación del Filantrocapitalismo por proteger el planeta de humanos molestos, eliminando bocas “inútiles” y “contaminantes”), no hay dinero para pagar las pensiones (pero sí para malgastarlo en enriquecer a políticos, banqueros, grandes empresarios y financiar ciertas organizaciones que confrontan y perjudican a la sociedad).

   -Tú que sabes que lo que estás administrando es dañino y letal, pero no quieres decir nada, ni oponerte, porque te aterra perder tu trabajo, que tantos años y esfuerzo te costó obtener.

   Médico, sanitario, enfermera, auxiliar…, seas hombre o mujer, ¿para qué has estudiado, si te limitas a obedecer protocolos? ¿No tienes criterio médico propio?

   ¡Tú, que sigues protocolos, muchas veces absurdos, impuestos desde los poderes políticos y económicos, sobre las «autoridades» en materia de salud, estás sirviendo a un modelo criminal que te está diciendo a la cara que eres completamente prescindible, ya que tu trabajo lo podría realizar un robot que se limite a obedecer consignas!

   Tú, con tu servilismo y tu falta de rebeldía para comunicar, a la población, el horror de lo que, realmente, sucede, en un escenario en el que los sanitarios, coaccionados, “desde arriba”, se ven obligado a participar en la perpetración de un genocidio a gran escala, con una apariencia de normalidad y de “interés” por la salud ajena, estás cavando tu propia fosa laboral futura.

   Tú que obedeces cualquier medida criminal, por miedo a perder tu trabajo, estás alimentando la maquinaria que te echará del trabajo, antes o después.

   Tú, miembro de la Junta Directiva de un Colegio de médicos que obedeció todas las consignas dadas desde el poder político y la corrupta OMS, ¿te sientes orgulloso de tu proceder?; ¿máxime, si sabías que todo era un gran montaje para implementar inyecciones masivas en el planeta, y actuaste a sabiendas de las nefastas consecuencias? ¿Tienes Alma, realmente?

   Tú, que participaste en el genocidio de ancianos y en la innecesaria y dañina (y letal con bastantes niños muertos, a nivel mundial) inyección de niños, has contribuido al plan de avanzar hacia un mundo «sostenible» que preconiza la existencia de muchos menos habitantes, para lo cual, uno de los diseñados métodos encubiertos (desde las más altas instancias de Poder mundial) es el exterminio “sanitario” con supuestas vacunas y demás sustancias nocivas artificiales. Has contribuido al avance de la Agenda 2030 que, también, tiene, como uno de sus pilares, la promoción de la Inteligencia Artificial. O sea, que, cuando ya no les seas útil (para el nazismo covidiano), te sustituirán por robots. No tener conciencia, y actuar como un psicópata, obedeciendo protocolos genocidas sale caro y se paga, antes o después.

   Y tú, que apaleaste, agrediste y perseguiste, como a peligrosos criminales, a ancianos, a personas que, simplemente, corrían o paseaban por la playa, donde no hacían daño a nadie, e impediste que se pasease, libremente, por parques y Naturaleza, lo cual es fundamental para tener una buena salud…

   Tú que atacaste los más elementales derechos de todo ser vivo, para desplazarse libremente y respirar libremente…

   Tú que, ante peligrosos criminales, tratas de escaquearte, pero, cuando tienes oportunidad, sintiéndote justificado en base a leyes injustas, no dudas en perseguir a indefensos ciudadanos normales e inocentes, regodeándote en el abuso de autoridad…

   Tú, que agrediste y trataste, a personas inocentes, peor de lo que has tratado y tratarías nunca a verdaderos criminales, sólo por el mero hecho de querer respirar oxígeno saludable para sus organismos, porque obedecías órdenes de impedir que nadie se librase de llevar trapos infectos (quién sabe con qué sustancias poco saludables en sus materiales), llenos de hongos y bacterias, en sus caras, y porque te gustaba sentir esa sensación de ser el matón impune, y uniformado, que puede hacer lo que quiera…, que sepas que existe una Justicia Divina, y puede que, también, una justicia humana, algún día, te haga preguntas… Y sentirás, si tienes conciencia, una enorme vergüenza, al intentar justificar tus actos. 

    Tú que hiciste el trabajo sucio de participar, intimidatoriamente, en la conversión de naciones enteras en campos de concentración, durante los ilegales “Estados de Alarma”.

   Tú que proteges y defiendes a verdaderos criminales instalados en gobiernos, en vez de defender a los ciudadanos contra ellos, y que has colaborado en hacer creer que respirar oxígeno y aire puro es un crimen, y quienes respiran aire puro, sin “bozales” en el rostro, unos criminales, ¿puedes mirarte al espejo cada mañana?

   ¡Tú, que, desde los medios de comunicación, ridiculizaste a personas honestas y bien informadas, entre ellas a científicos y médicos con conciencia, que trataban de alertar y proteger a la población frente al ataque del que estaba siendo víctima, desde las cúpulas de poder mundial!

   ¡Tú, que te denominas periodista, y que eres una vergüenza para tu profesión, y para la Humanidad, y que propalaste, día a día, la mentira, siendo una pieza más en forjar la creación de una atmósfera de pánico, para que la población, en masa, se dejase inyectar, confiada, como rebaños de corderos, sustancias nocivas o placebos, y colaboraste en la demonización de remedios eficaces y baratos, no rentables para las grandes farmacéuticas, eres lo peor de lo peor! No sabes cuántas personas te desprecian, provocándoles asco: todas las que se han dado cuenta de la gran farsa.

   Tú, político, de cualquier partido político, nacional o regional, que has participado en toda esta “PLANDEMIA” y que eres, más bien, un servil actor de una obra macabra y un profesional de la mediocridad, la falsedad y la hipocresía, no llegas a la categoría de ser humano.

   Tú, que, en Twitter, Youtube, Facebook, etc., participaste en injustos cierres de canales y perfiles, y en la censura de información verídica que habría ayudado a miles y millones de personas a salvar su salud y sus vidas, eres un miserable de la peor calaña.

   Tú, que, desde las totalitarias, censoras, fact-checks (con un modelo diseñado desde altas instancias de poder), te has arrogado la divina potestad de decidir qué es verdad y qué es mentira, con una prepotencia inconcebible para una persona honesta, y que te has dedicado y dedicas a defender toda posición oficial y gubernamental, sea cual sea, tachando de falsedades las verdades y de verdades las falsedades, el futuro te juzgará crudamente, como mereces.

   Muchas personas no van a olvidar lo que sucedió en 2020, sobre todo. Y las víctimas, aún vivas, de las inyecciones se están sumando, paulatinamente, a quienes sabíamos, desde un principio, que todo estaba planeado, para justificar inyecciones masivas, porque ya lo intentaron, anteriormente, más o menos, fallidamente, con la Gripe A, la Gripe porcina y otras plandemias diseñadas desde hace unos cuántos años.

    Lo que pasó en 2020, no tiene perdón de Dios, ni los resultados letales y terribles que siguen manifestándose, día tras día, a finales del 2023, con multitud de “inexplicables” muertes, con un exceso de letalidad debido, obviamente, a las inyecciones que siguen promoviéndose desde el poder, ante la incomprensible pasividad de buena parte de la población. Esta pesadilla la van a pagar muy caro todos los implicados. Muchos van a tener graves problemas psicológicos cuando se destape todo y se les eche en cara lo que han hecho.

   Ellos, quienes manejan este planeta en las sombras, provocaron los daños en la salud y ellos impusieron su única solución al Mal que ellos, deliberadamente, crearon. Ellos provocan buena parte de las grandes crisis, para implementar sus psicopáticas soluciones.

   Ellos, a través de sus esbirros, impidieron cualquier remedio que no fuese el suyo, el que tenían planeado: las inyecciones masivas de diversas sustancias, que han sido las causantes del extraño aumento de la mortalidad, de miocarditis, de aceleraciones notables de procesos cancerígenos, de infertilidad y abortos, de muertes repentinas diversas y especialmente sorprendentes en numerosos deportistas jóvenes, a lo largo del planeta…

  Y, desde los criminales medios de comunicación, que, siempre, han mentido: en la guerra de Irak; en los atentados del 11 S y atentados y guerras diversas; en las manifestaciones del 15 M y demás manifestaciones de diversa índole; en las plandemias; en la paranoia climática y catastrofista, etc., etc., tratan a la gente como a idiotas, riéndose con los nombres de las inventadas “nuevas variantes del virus” y con los nombres de fenómenos metereológicos. Y, en el colmo, de la maldad y el cinismo, acusan al «Cambio climático» de ser el responsable de todos los daños en la salud y muertes repentinas (y las producidas a más largo plazo), que son evidente consecuencia de las inyecciones; como si cualquier cambio climático no fuese algo lento y progresivo, con un paulatino desarrollo de muchos años de duración, y no un «mágico» proceso que, de un año a otro, provoque centenares de miles de personas fallecidas y enfermas en el planeta. ¡Cómo se puede ser tan falso y canalla, y, lo peor, cómo puede haber tantas personas que, irracionalmente, se lo crean, en vez de rebelarse contra sus verdugos!

   Y hay muchas noticias que la gente va olvidando, con el paso del tiempo, a lo largo de los años, con testimonios de víctimas de gente poderosa (en muy diversas naciones) integrante de grupos pedosatanistas. El Sistema está mucho más corrupto, en sus altas cúpulas, de lo que la mayoría de personas está dispuesta a asumir y asimilar, puesto que reconocer la Verdad les provocaría un tremendo shock psicológico, dado el horror que subyace, tras las apariencias, en esta superhipócrita sociedad. Creed los testimonios de los niños (víctimas que han escapado y sobrevivido) y dejad de mirar hacia otro lado.

   Más les vale, a muchos, que empiecen a contar la verdad, públicamente, aunque sea tarde. Nunca es tarde para el arrepentimiento, si es sincero y no está motivado por el miedo a represalias. Uníos a personas de vuestro entorno y contad, en grupo, para sentiros más respaldados, de una vez, la verdad, y que se detenga esta sangría genocida. Para quien se retracte, aún hay cierta esperanza de futuro, pero, para quien, incluso, cuando la verdad siga aflorando y quede manifiestamente expuesta sobre la “ciénaga” inmunda de tanta falsedad, persevere en el crimen, condenará, a su Alma, a un aciago infradimensional futuro.

A. K.

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